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María del Pino

La Persona

MARÍA DEL PINO

En mi temprana niñez tuve con lidiar con las frustraciones resultado de mi condición física, la ceguera de nacimiento.

A pesar que mi familia era de contexto católico tradicional, mi madre nos leía la Biblia, así fue como conocí al Dios de Abraham de Isaac y de Jacob. Mi anhelo más profundo era que el Eterno me hablara como lo hacía con sus profetas en la Palabra.

Gracias a la intervención y el cuidado de mi hermano, pude aprender a leer braille y contra todo prónostico, también aprendí a tocar la guitarra. Mi deseo era ser concertista profesional, ganarme la aceptación y el reconocimiento de mi público. Lamentablemente, lo único que gané fue el rechazo del profesorado y no logré lo que pretendía.

En ese momento me encontró el Eterno, solo en Él descubrí el amor y la aceptación que tanto anhelaba. Ofrecí mi más valioso don, mi habilidad musical y pase de músico a adoradora. Muchos han sido los desiertos que he pasado en mi vida, pero fueron tiempos de preparación. 

Sabiendo que el Eterno se perfecciona en mi debilidad, hoy continuo desarrollando mi ministerio de adoración y enseñanza, ayudando a los demás a que puedan conocer el Elohim de Israel.